Un hombre ha tenido que ser trasladado al hospital Miguel Servet de Zaragoza tras sufrir un ataque epiléptico al exponerse a los fuertes destellos de las bicis.

R.T.B., de 34 años, paseaba por los alrededores de la ribera del río Ebro cuando se quedó mirando fijamente la luz que desprendía la bicicleta que iba en dirección contraría y, a causa de su desmedido tintineo, cayó al suelo mientras empezaba a convulsionar. Por suerte para él, un joven que pasaba por ahí consiguió estabilizarlo hasta que llegó los cuerpos sanitarios.

Bizi Zaragoza y su exceso lumínico

El caso de R.T.B. no es el único, y es que hasta 17 personas han tenido que ser atendidas por los médicos por casos similares al de este hombre. Mareos, nauseas o momentos de desorientación es lo el parpadeo tan repetido de las luces de las bicicletas de Bizi Zaragoza provocan a los viandantes.

«Sabíamos que esto algún día pasaría, es una locura lo de las luces de estas bicis», explicaba una de las usuarias de Bizi Zaragoza. «Una vez iba por la calle y casi consigo hipnotizar a una chaval que pasaba por los destellos que éstas desprenden», apostillaba su compañera.

El Ayuntamiento de Zaragoza, manos a la obra

Después de conocerse que el joven ya está en su casa reposando, la empresa que se encarga de este servicio, Clear Channel, ha lanzado al Ayuntamiento varias propuestas para poner solución y que no se vuelvan a repetir incidentes similares. Estas son algunas de las ideas: que toda la ciudad lleve siempre puestas las gafas de sol, sustituir las luces por candelabros o quitarlas directamente.