La Ruta de la Tapa Erótica de Zaragoza provoca casi un centenar de embarazos

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La Ruta de la Tapa Erótica de Zaragoza provoca casi un centenar de embarazos

Esta iniciativa aragonesa ya ha hecho que más de noventa mujeres estén encinta en el primer fin de semana de esta ruta.

El erotismo es el protagonista en esta ruta de la tapa celebrada en la capital aragonesa a lo largo de estas dos semanas. Tanto es así que parte del público se ha dejado llevar por la atracción suscitada por este modelo de gastronomía llamativa y diferente y han acabado por consolidar su amor trayendo nuevas vidas al mundo durante esta ruta caracterizada por la pasión y la sensualidad que una buena tapa despierta en las personas.

93 mujeres han quedado ya embarazadas

El erotismo en esta ruta de la tapa erótica de Zaragoza es tan elevado que, de momento, más de noventa mujeres han quedado ya embarazadas, pero las estadísticas aseguran que podrían llegar a ser más de trescientas al finalizar la ruta. Algunos de los bares encargados de esta idea ya advirtieron sobre esto, alertando a quien viniera a disfrutar de las tapas que debían de tomar precaución para no tener ningún susto.

«Esto es un milagro. Llevábamos mucho tiempo intentándolo», explicaba uno de los afortunados. «Mi mujer se comió un espárrago gordo con dos aceitunas rellenas y yo una tapa de almejas y al día siguiente dio positivo la prueba de embarazo», comentaba entre lágrimas.

El erotismo tiene descontrolada a Zaragoza

Después del consumo de vinos como Cojón de Gato, María de la O o Teta de Vaca cientos de personas que aseguran haber tomado estas marcas afirman estar, sexualmente hablando, desatadas. Casi un centenar de embarazos, un sinfín de encuentros sexuales y varios detenidos por hacer cruising en las inmediaciones de los bares donde se celebra la ruta es el resultado.

«Mira, llevaba sin practicar sexo con mi mujer ocho años, pero ha sido ir a lo de la ruta y hacerlo en cualquier rincón», comentaba un hombre. «Yo estaba apunto de meterme a monja, pero fue salir de vinos por aquí y descubrir que existen los orgamos», decía una señora.

 

 

 

 

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