Vicente Rey, un trabajador de la empresa Caro, ha sido hospitalizado de gravedad al habérsele caído un adoquín del Pilar de los grandes.
El hombre, que está estable dentro de la gravedad, ha sido trasladado al Hospital Ernest Lluch Martin, en Calatayud, para ser tratado de las múltiples heridas que el «Adoquinazo» le ha causado. La empresa, que desde su fundación nunca ha registrado un accidente laboral, se hará cargo de la familia del trabajador hasta que pueda volver a incorporarse a su puesto de trabajo.
El trabajador, fuera de peligro
Desde el Hospital Ernest Lluch Martin de Calatayud han asegurado que la salid de Vicente Rey no corre peligro. Los médicos han conseguido soldar con éxito todos sus huesos rotos, coser las heridas que tenía alrededor de cuello y abdomen y extraerle todos los restos de caramelo que se habían clavado en su cuerpo. La única secuela es física, y es que la letra de la jota se le ha quedado marcada en el pecho.
«Nuestro equipo de médicos ha hecho un trabajo excepcional», declaraba el jefe del departamento. «En tres días le daremos el alta y comenzará la recuperación», decía.
El Adoquín, sabroso a la par que peligroso
La empresa, a sabiendas del peso y de la dificultad de su manipulación, ofrece a cada trabajador un curso específico para aprender a manejar los adoquines de una manera óptica y eficiente, por lo que entienden que el accidente se produjo debido a que a que Vicente se saltó uno de los pasos.
«Son unos caramelos muy pesados y voluminosos, por eso advertimos a todos nuestros trabajadores de que tengan cuidado con ellos», explicaba el jefe de la empresa. «Trabajar con Adoquines del Pilar es como trabajar con dinamita, son muy delicados», apostillaba.
