El amor sustituye a la cabezonería aragonesa como la mayor de las fuerzas

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El amor sustituye a la cabezonería aragonesa como la mayor de las fuerzas
El amor sustituye a la cabezonería aragonesa como la mayor de las fuerzas

San Valentín es el primer día en todo el año donde pesa más el amor que la tan característica que la tozudez propia de Aragón.

14 de febrero, una fecha tan respaldada por el amor que hasta el aragonés o aragonesa más cabezudo es capaz de dejar sus diferencias con su pareja a un lado y centrarse en disfrutar de su amor a lo largo de 24 horas. Adiós a la terquedad y a querer llevar siempre la razón y damos la bienvenida al cariño y al afecto en San Valentín.

El Día de los Enamorados se vive con más intensidad en Aragón

Frases como «quita que tú no sabes» o «sí, por mis cojones» han dado paso a «Qué majica que eres, cariño» o «Te quiero, co» durante este San Valentín en todo Aragón. El amor que se puede respirar en Zaragoza, Huesca o Teruel y demás pueblos es tal que por un día se puede respirar tranquilo sin miedo a que nadie te achaque nada por su cabezonería.

«Llevo todo el mes esperando a este día para descansar un poco de tanta tontería», comentaba un joven enamorado. «Al final, todos los días acababa discutiendo con mi novia por alguna chorrada, así que hoy lo disfrutaremos», añadía aliviado.

San Valentín, un día de tranquilidad para todos

Todo buen aragonés que se precie destaca, entre otras cosas, por ser cabezota; pero en San Valentín, día de los enamorados, el amor es lo más fuerte, hasta más que la cabeza de cualquier aragonés o aragonesa.

«Mira, llevo todo el año diciéndole de quedar a un chico que me gusta. Y ha sido hoy cuando ha aceptado», explicaba una chica. «Si es que a cabezota no me gana nadie», apostillaba ilusionada.

 

 

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