La chica, que sufrió importantes quemaduras en la boca, se encuentra estable a pesar de la gravedad de la situación.
Un grupo de amigos, entre los que se encontraba la accidentada, planeaban pasar una agradable tarde en el Parque Tío Jorge y aprovechar que uno de ellos era peñista y comer todos juntos el rancho que la peña estaba preparando. Ella, a pesar de las advertencias del grupo sobre lo mucho que quemaba el plato, hizo oídos sordos y probar su plato, provocándo quemaduras de tercer grado en el interior de su boca y la completa pérdida de la lengua al instante.
Los médicos avisan de la lentitud de su recuperación
A pesar de lo grave que ha resultado, la joven puede estar agradecida de no haber fallecido en este intento por probar su plato de rancho. Las altas temperaturas a las que están expuestas las patatas, la carne y demás ingredientes hacen de este plato uno de los más peligrosos si no se toman las precauciones pertinentes.
El grupo médico al mando del caso han advertido a la familia de la chica que han de estar preparados para lo que les va a tocar vivir a partir de ahora. «Nuestra hija siempre ha sido muy impulsiva para todo», explicaba la madre. «De pequeña siempre se comía la sopa sin esperar a que se enfriase, pensábamos que ya era inmune a estas cosas», añadía.
No ocurría nada similar desde 1996
Que una persona acabe ingresada por problemas con el calor de un plato no es la primera vez que ocurre en Cincomarzada. Hace 22 años se vivió algo muy parecido cuando un hombre de 36 años perdió una pierna y la sensibilidad de la zona genital al caérsele el primer plato de paella encima.
«Sé muy bien cómo debe de sentirse», explicaba éste. «Lo único que le recomiendo ahora es paciencia y que empiece a soplar la comida antes de comérsela a partir de ahora», aconsejaba.
