La señora de 68 años estaba siguiendo una nueva receta para el gazpacho y acabó emborrachando a toda su familia.
Además del tradicional tomate, pimiento, pepino, ajo y demás ingredientes, ella le añadió una botella de vodka, lo que supuso un error fatal. Lo que se suponía que era una comida familiar acabó en un botellón familiar; donde abuelos, tíos, primos acabaron todos jugando al Yo Nunca Nunca entre cócteles y cubatas, dándose a conocer los mayores secretos jamás guardados.
La familia acabó de fiesta toda junta
Una vez acostumbrados al sabor de este gazpacho tan especial, la familia se olvidó de la comida y pidieron a la abuela que preparase más cócteles. Borrajas con sabor a mojito, ternasco al ron cola o tarta al Whisky, pero sin tarta.
«La yaya tiene un don», exclamaba uno de los nietos. «Llevo muchos años yendo de botellón, pero nunca nada me había pegado tanto como este gazpacho; después de esto no le queda otra más que montarse una coctelería«, comentaba entre gritos.
El Bloody Mary más personal
A pesar de la mala pata de la mujer, varias escuelas de coctelería se han puesto en contacto con esta alquezrana para que imparta clases de innovación y desarrollo en la coctelería moderna. Y es que en Aragón hay poca gente con semejante talento para alcoholizar tan sutilmente a la gente.
El dueño de Mai Tai, en Zaragoza, hablaba del caso de esta casi septuagenaria: «Vistos los resultados que ha logrado esta mujer, resultaría un fichaje más que interesante para nuestra coctelería», explicaba. «Además, ha jugado con el engaño; ellos pensaban que estaban tomando un tranquilo gazpacho y han acabo por tomarse un buen Bloody Mary. La quiero en mi equipo», apostillaba.
