¿Qué tipo de Roscón de Reyes eres?

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¿Qué tipo de Roscón de Reyes eres?

¿Qué te ilusiona más el 6 de enero, los regalos o el roscón? Si has elegido el roscón, te interesará saber qué tipo de Roscón de Reyes eres.

La historia del roscón se remonta al siglo II a.C. y desde entonces, la elección del relleno de este postre ha dictado sentencia a la hora de saber con qué tipo de persona se está tratando en todo momento. Es por eso que en función del sabor que te guste, tu futuro y forma de vida está marcado.

Así eres si tu Roscón de Reyes favorito es:

De nata

En el colegio siempre has sido el que mejor notas sacabas, el favorito de los profesores y siempre solías salir delegado de clase. En definitiva, el popular del cole. El yerno perfecto.

Pero realmente todo es fachada. No eres feliz. Siempre vas con una sonrisa en la cara, aunque estás roto por dentro. Desearías dar un giro a tu vida y acabar con esta farsa, pero no es lo que se espera de ti.

El Macaulay Culkin de los roscones.

De crema

Tierno, gracioso, interesante. Pareces tenerlo todo controlado porque ese toque sofisticado te hace sentirte superior, pero después de un rato tu personalidad acaba empalagando a la gente. Aunque, finalmente, en la vida has acabado yendo de menos a más.

La Paquita Salas de los roscones.

De trufa 

Intentas copiar los estilos del de nata y el de crema, pero no consigues engañar a nadie y acabas por juntarte con los fruta escarchada de la vida.

De pequeño apuntabas maneras, pero las malas influencias y una vida familiar complicada hicieron que todas tus ideas de una buena vida se borraran de un plumazo. La oveja negra de la familia.

El Edward Furlong de los roscones.

Sin relleno

Solo fachada. Escondes un exterior bonito y que promete, pero en tu interior guardas falsas esperanzas y decepciones futuras.

La gente tarta muy poco en pillarte y acaban pasando de ti. Entre elegirte a ti y al de trufa, eligen al de trufa.

El Rafa Mora de los roscones.

Cabello de ángel

Rechazas y odias a la gente solo porque le guste lo convencional. Dices amar el cine extranjero, las lecturas pesadas y escribes a máquina. Pero desearías ser un roscón al que diera gusto comer y con un interior que gustase a todos por igual.

Tus aires de grandeza acabarán por condenarte.

El Sánchez Dragó de los roscones.

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