Una joven de 28 años, después de estar acudiendo casi una semana a la Oktoberfest, ha vuelto aprendiendo un fantástico alemán.
Noch ein Bier bitte!, Prost! o Ich hätte gerne fünf Maß Biere bitte! son solo algunas de las frases que el muchacho aprendió el primer día en el que asistió a la fiesta de la cerveza, y a día de hoy es capaz de hablar un fluido alemán. «Ha sido fácil», espetaba ésta. «Los idiomas se me dan bien cuando he bebido, así que decidí presentarme al examen aún borracha y así sigo, borracha y con un C1 en alemán», añadía entre hipos.
Alemán, un idioma sencillo cuando estás bebido
A pesar de la dificultad que supone aprender el idioma germano, esta chica de Zaragoza asegura que no le fue muy costoso hacerse con la lengua, y es que al contar con tantas consonantes y ella estar tan alcoholizada durante el examen la entendían perfectamente.
«Aún sigo sin saber cómo me lo saqué, pero lo que sé es que jamás debo de dejar de beber por miedo a que se me olvide el alemán», comentaba. «Además, yo soy ingeniera y esto me va a venir de maravilla.
El alcohol, una ayuda más que necesaria para los idiomas
Las bebidas espirituosas siempre han sido un aliciente a la hora de soltarse para hablar un idioma extranjero, pero en este caso se está tratando como un auténtico avance en el aprendizaje, y es que los propios amigos de la joven alucinan con su forma de hablar el alemán.
«Ha sido de la noche a la mañana», detallaba uno del grupo. «Antes no sabía decir ni Volkswagen y ahora es capaz de hablar con la misma Angela Merkel sin problemas», añadía sorprendido.
