Un hombre se ha visto obligado a crear una torrija de grandes dimensiones para sentirse acompañado.
Confinado en soledad, José María Ferrando ha tenido que ingeniárselas poder hacer estar cuarentena más llevadera, optando por la construcción de una torrija enorme que ejerza el papel de amigo durante este periodo tan duro que está viviendo.
Las torrijas, el mejor amigo de todos
Encerrado en casa desde hace casi un mes, sin la posibilidad de ir a trabajar ni de ver a sus amigos o familia, José ya no sabía qué hacer para evitar caer en la mayor de las locuras y aprovechando la Semana Santa y que es época de torrijas, éste decidió cocinar una tan grande que le sirviera tanto de postre como de amigo.
Inspirado en Wilson; el balón de la película Naufrago, Ferrando confiesa que desde que lo cocinó lleva días pensando en comérselo, pero no lo hace por todos esos buenos momentos vividos. «Nos lo pasamos muy bien, hablamos de todo e incluso hacemos ejercicio juntos», explicaba él mismo. «Pero huele tan bien y es tan dulce que a veces no sé si es mejor amigo o mejor postre», añadía.
«Hay una torrija en mí»
La idea se le ocurrió viendo la película ‘Toy Storie’, justo en el momento que se escucha la canción «Hay un amigo en mí», en ese preciso instante el José María pensó que ya era el momento de hacer algo para remediar tantos días sintiéndose solo.
«Antes de hablar con la torrija empecé haciéndolo con almohadas con mi ropa, a mi reflejo frente al espejo e incluso le pinte ojos a mi mano y hablaba con ella», comentaba. «Pero nada, nadie escuchaba tan bien como torrijín», apostillaba después de besar con fuerza a su postre gigante.
