Aunque no era lo que Julio Pagudo soñaba, su entorno le dice que “de gracias” por poder trabajar en un lugar con aire acondicionado.

Jaime Pagudo, Jimmy para los amigos, fue con un 13,6 la mejor nota de la Selectividad en Aragón este año. Su esfuerzo y constancia durante más de dos años deberían haberle acercado a la universidad en la que anhelaba estudiar pero, de momento, tendrá cambiar el escritorio y los libros de texto, por la barra y los cafés del nuevo Starbucks que ha abierto en el centro de Zaragoza.

Con las propinas intenta ahorrar para pagar la universidad

“Ir a la universidad, aunque tengas esta nota, es carísimo”, se lamenta Jaime cuando se le pregunta por su situación actual. La familia del joven, que para poder estudiar aeronáutica tendría que trasladarse lejos de su casa, no puede costear sus estudios. “Ahora en casa todos tienen ganas de que llegue la hora del café para que les prepare uno”, comenta Jaime en un claro reflejo de que el refrán tenía razón: quien no se consuela es porque no quiere.

“Gracias a los nombres de los cafés estoy aprendiendo idiomas”

Cappucino, Latte Machiatto, Mocha, Espresso… son varias las combinaciones en italiano y otros idiomas que Jaime utiliza en su nuevo día a día. “Me lo tomo como una manera de seguir aprendiendo”, confiesa esperanzado. “Los cappuccinos son más fáciles que las ecuaciones bicuadradas, pero las mates te dejan mejor sabor de boca”, añade en un evidente gesto de nostalgia hacia su vida académica.

Los padres de Jaime, que en sus peores pensamientos sabían que esto podía ocurrir, se muestran ahora ilusionados con el giro que ha dado su vida. “¿Aeronáutica? Bueno, bueno… de momento que perfeccione los dibujicos con la espuma del café y lo otro ya veremos”, comenta su padre mientras saborea la última creación de su ilustre hijo.