Un hombre sin nada que perder sale a la calle a las cuatro de la tarde

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Un hombre sin nada que perder sale a la calle a las cuatro de la tarde

Julián Vázquez, del barrio de Casablanca, salió sin necesidad de su casa el pasado miércoles 23 de agosto cuando los termómetros marcaban 41º de temperatura.

No tenía que ir a comprar, ni a trabajar, ni si quiera tenía que ir a buscar a nadie, Vázquez abandonó su hogar sin motivo previo.

El calor no es rival

Eran las 16:00 de la tarde, la hora más cálida del día, cuando este hombre de 46 años salió por la puerta de su casa sin miedo a la ola de calor que ha acechado estos días a Zaragoza. Sin agua, sin gorra y con camiseta y pantalón negros; Julián, sin miedo al sol, dejó su casa para, prácticamente, fundirse con el asfaltado.

Días después de su inexplicable decisión, familiares y amigos sin preguntándose los motivos por los que alguien en su sano juicio haría algo así. «Julián siempre ha sido una persona normal, siempre ha actuado de una manera racional y, que yo sepa, no tiene problemas que le hagan hacer este tipo de cosas», explicaba incrédulo uno de sus mejores amigos.

En busca de respuestas

A pesar de haber vuelto a su casa dos horas después, el círculo más cercano ha hablado con él para saber qué le llevó a hacer tal temeridad.

Y es que Julián, con trabajo y pareja estable, siempre ha sido una persona amable, dispuesta a echar una mano en lo que necesitaba, buen amigo y marido, por eso se hace todo aún más extraño.

«El día de antes se estaba quejando del calor que estaba pasando en el trabajo y el otro día va y sale a la calle cuando peor se estaba, ¿En qué cabeza cabe?», comentaba con la mirada perdida su mujer. «Una cree que conoce a las personas y de un día para otro te sale con cosas como estás. ¿Me estará engañando?», añadía con lágrimas en los ojos.

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