Un trabajador de Ambar ha vuelto a casa de sus padres.
Federico Arenere, empleado desde hace 18 años de la empresa zaragozana, ha acabado por traicionar los valores de ésta al dejar de ser un cervecero independiente por volver a vivir con sus padres.
Cervecero dependiente
Si una marca se jacta de su independencia como empresa es Ambar, y es que siempre se ha catalogado como una cervecera independiente, lo que significa que no necesitaba de nadie para subsistir. Pero algo cambió ayer La Zaragoza, y es que uno de sus empleados, Federico Arenere, a sus 48 años ha decidido volver a casa con su madre, su padre y Mari Tere, el gato de la familia.
Esta noticia ha conmocionado a la empresa maña, que después de sus casi 125 años observa como la independencia de la que tanto presumen se ha visto afectada por este empleado. «Una vez conozcamos los motivos de la vuelta de Arenere a casa de sus padres veremos qué hacemos con él», explicaba la responsable de recursos humanos. «Nosotros intentamos ser lo más comprensivos posibles, pero se trata de una falta muy grave», añadía.
«Ambar. Cerveceros independientes hasta 2023»
Esta noticia ha sido un jarro de agua fría para la empresa, tanto es así que ya estudian la posibilidad de cambiar el claim de ésta.
Se pasaría de: «Ambar. Cerveceros independientes desde 1900» a «Ambar. Cerveceros independientes hasta 2023», lo que supondría un alto coste para la empresa, obligando a empezar prácticamente de cero en lo que a la historia de la cerveza implica.
Y es que lo que ha provocado Federico Arenere volviendo a casa de sus padres es un terremoto de máxima magnitud en la escala Richter. En las próximas horas veremos en qué queda todo.
