La final de la Copa del Rey, en un campo de quidditch

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La Federación y el Ministerio de Magia español han acordado que el encuentro entre el FC Barcelona y el Athletic Club de Bilbao tenga lugar en un campo de Quidditch, aunque se jugará con los pies en el suelo.

Tras la polémica de las últimas semanas sobre el estadio ideal donde celebrar el encuentro, se ha acordado realizarlo en un lugar totalmente neutral: un campo de quidditch. Es la primera vez en la historia que un Ministerio de Magia ha convencido a la Confederación Internacional de Magos para levantar el veto sobre el Estatuto Internacional del Secreto. Sólo las personas que ya han comprado sus entradas para la final de la Copa del Rey, así como los medios de comunicación acreditados, sabrán donde se encuentra el estadio.

Se jugará sin escobas y con los pies en el suelo

El estadio elegido será adaptado para poder practicar el deporte muggle, sustituyendo los altos aros de quidditch por porterías de fútbol reglamentarias. Desde la Federación Española de Fútbol se está trabajando duramente para que los cambios necesarios no afecten a los jugadores: «Hemos tenido que transformar el taller de reparación de escobas para convertirlo en el vestuario del árbitro», afirmaba uno de los operarios que está llevando a cabo el acondicionamiento. «En principio no vamos a incluir ninguna novedad en las reglas de juego, así que tanto el Barcelona como el Athletic jugarán con los pies en el suelo», añadía.

Hechizos para impedir que se pite el himno en la final de la Copa del Rey

Al parecer uno de los motivos que ha hecho a la Federación decantarse por este lugar es la posibilidad de incluir hechizos de seguridad que impidan que el himno de España sea pitado, como ha ocurrido en anteriores ocasiones. Además, gracias a la mayor capacidad de espectadores que permite el recinto, se subvencionarán entradas para personas con insuficiencia respiratoria y que sean incapaces de silbar o producir gritos. El Rey Felipe VI ha mostrado su satisfacción con la decisión así como su agradecimiento a la comunidad mágica. «Sin sus capas de invisibilidad mi padre estaría llevando una jubilación mucho peor», añadía.

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