La falta de personal en bares provoca que por primera vez al gritar «camarero» nadie responda «qué»

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La falta de personal en bares provoca que por primera al gritar

La crisis en la hostelería está llevando a algo que muchos no esperaban: la pérdida del grito «camarero».

Con respecto al año pasado, la hostelería ha perdido decenas de miles de camareros y sus vacantes resultan cada vez más difíciles de cubrir. A quienes más está preocupando esta situación es a los dueños de locales u organizadores de eventos, pero de quien no se habla en el resto de medios es los animadores de fiestas cuyo líder es gente como Pepe Reina. El bajo número de éstos hace que al de grito «camarero» no responda nadie.

Esta crisis no entiende de sectores

Llega el verano y con él las fiestas de pueblos y el aumento de gente en busca de un bar con terraza, lo que supone aumentar las plantillas en los bares, pero este año es diferente y los dueños de cafés o pubs no encuentran camareros, situación que les preocupa en exceso. Pero otro subgrupo de la sociedad al que le preocupa es aquella que triunfa con cánticos de camarero.

«Es desolador, nadie piensa en nosotros», comentaba un señor apunto del lloro. «No os hacéis una idea del nudo en la garganta que se me pone al pensar que quizá no vuelva a cantar ‘Canapés que me ves cruzo la pared, hago chas y aparezco a tu lado…’«canturreaba tímidamente.

La necesidad del «qué»

El absoluto silencio, eso es lo que recibe esta gente más conocido como los «almas de la fiesta» cuando espetan «camarero» y no reciben su tan esperado «qué» para volver a gritar «Camarero» y continuar con una elaborada cancioncilla que ayude a amenizar cualquier fiesta.

«Se habla mucho de los hosteleros, las barras de los bares y del problema de los que regentan locales, pero nada de auténticos héroes como nosotros», comentaba un hombre con la camisa desabrochada y un sombrero rojo que adquirido en un mercadillo. «No sabéis lo que supone soltar un sonoro ‘camarero’ y lo único que recibas es el silencio», añadía entre lágrimas mientras sujetaba un brick de sangría.

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