El seísmo de 4,3 grados registrado en Navarra, ha dejado secuelas en la capital aragonesa.
Aunque el terremoto tuviera lugar a casi 200 kilómetros de distancia, el temblor se extendió hasta tierras mañas provocando estragos en las obras que competen a la reforma de Filosofía y Letras de Zaragoza, pero esto ha servido para dejar a la facultad mejor de cómo estaba incluso antes de iniciar el arreglo.
Un terremoto que ha mejorado al edificio
Durante lustros, la archiconocida facultad conocida por la gente como «Filo», presentaba un aspecto ruinoso y dejado, lo que llevó a su destrucción para dar paso a una nueva sala de estudio donde las nuevas generaciones pudieran decir que van a estudiar cuando lo que realmente harán será echar cervezas en el Tuno y café en el Capone.
Pero esta reforma que se esperaba terminar en unos años ha acabado antes de tiempo gracias al terremoto que se puedo sentir ayer por la noche en Zaragoza. La caída de andamios, varios muros de carga y alguna que otra pared han dejado la facultad mejor de cómo estaba hace mucho tiempo. «El terremoto ha ayudado a encajar todas las paredes y trozos del suelo y ya no hay ni una grieta», explicaba el rector de UNIZAR.
Las clases, si el coronavirus lo permite, podrían reanudarse en Enero
A falta de un par de capas de pintura y traer alguna que otra mesa y silla, Filosofía y Letras estará al servicio del estudiante que lo desee en menos de tres meses.
«La universidad está mucho más segura que antes», explicaba uno de los obreros. «Sin grietas, los techos están mucho más resistentes y los suelos bien encajados. Además, el terremoto ha ayudado a que el zulo tenga hasta ventilación e incluso luz», añadía.
