Los bocadillos de El Calamar Bravo, declarados Patrimonio de la Humanidad

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La Unesco ha seleccionado el plato estrella del mítico El Calamar Bravo porque «con su desequilibrada receta engordas, sí… pero a gusto».

Zaragoza amanece hoy con un nuevo reconocimiento internacional: la Unesco ha seleccionado a los bocadillos de El Calamar Bravo como Bienes Materiales Patrimonio de la Humanidad, una nueva clasificación que se abre de propio con este mítico plato zaragozano. Los dueños del establecimiento, tras enterarse de la noticia, no descartan cobrar una nueva tasa turística a sus clientes, así como vender mapas del local o hacer visitas guiadas por la cocina. «Es lo que se hace, ¿no?», señalan.

Un bocadillo para dominarlos a todos

La Unesco, en su informe publicado esta mañana, enumera los distintos aspectos que ha tenido en cuenta para otorgar el reconocimiento. Por un lado el «carácter emblemático» del citado bocadillo dentro de la cultura social de la ciudad, así como su «elaborada receta, que con una cuidadosa y desequilibrada proporción de calorías hace que engordes… pero disfrutando», llega a señalar uno de los puntos. «Es el bocadillo perfecto: la salsa, el rebozado, el pan… y el acento aragonés con el que te lo sirven. Es un bocadillo universal», añaden.

Los bocadillos de calamares de Madrid en pie de guerra

Según ha podido saber Errado de Aragón, los bocadillos de calamares de Madrid, que en los últimos años han intentado eclipsar a sus homólogos maños, estarían en desacuerdo con la Unesco. Un testimonio, que prefiere mantener su identidad en el anonimato por miedo a la represalias,  asegura que «los de aquí estamos más buenos y tenemos más glamour». Además, al ser preguntado por cuales cree que son los motivos por los que la balanza se ha inclinado en favor del bocadillo aragonés añade: «Los de la Unesco pasan de nosotros porque la salsa brava aquí pica más».

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